Promover proyectos de colaboración entre centros educativos y empresas en el marco de formación. Este es el objetivo de Dualiza, un proyecto impulsado por CaixaBank para promulgar la Formación Profesional. Una modalidad que contribuye a generar nuevas oportunidades laborales y educativas. El proyecto, que ya ha cumplido su sexto año, ha abierto una convocatoria de Ayudas para proyectos de centros educativos.
En este periodo se ha conseguido que docentes de toda España puedan mejorar el aprendizaje de sus estudiantes mediante la puesta en marcha de proyectos reales desarrollados en colaboración con empresas y, en paralelo, visibilizar el potencial de la FP. El resultado ha sido un éxito. Más de 200 proyectos de todas las comunidades autónomas han sido escogidos hasta ahora como los más innovadores del país, gracias a sus ideas planteadas en un sinfín de ciclos formativos, desde el sanitario, al agrícola, pasando por el industrial o el de servicios a la comunidad. Y, todos, con el objetivo de estimular el aprendizaje pero, también, de aportar algo a la comunidad en la que se desarrollan.
Un gran impacto social
Hay muchos ejemplos innovadores. Entre ellos, el denominado “El Resurgir”, que se ha llevado a cabo en el IES Emilio Canalejo de Montilla, en Córdoba, que ha permitido cambiar la propia cadena de producción de vino de la localidad mediante una idea iniciada por estudiantes de FP. Gracias a su propuesta, el vino -que hasta entonces solo se vendía a granel- comenzó a comercializarse, con el objetivo de que una mayor parte de la riqueza quedase en la zona. Centro educativo, bodegas, centro comercial o ayuntamiento se embarcaron en una aventura liderada por los estudiantes de Grado Superior de Vitivinicultura que concluyó con una de esas estudiantes montando su propia bodega y con cinco nuevas variedades de vino introducidas en el mercado.
Ese impacto social es una característica clave de la FP al proveer estudiantes capacitados con las herramientas necesarias para responder a las necesidades del mercado laboral local. De este modo, proyectos para el impulso de la cerámica se han desarrollado en Castellón, para la desalación en Canarias, o para la industria agroalimentaria en Castilla y León.
Muchos de ellos han proporcionado empleo directo a los propios estudiantes en el sector donde se desarrollan o les ha facilitado un primer contacto con el mundo laboral. Esa interacción entre estudiantes, centros educativos y empresas es otra de las metas de CaixaBank Dualiza con el impulso de su convocatoria: que sirva para romper la distancia que separa dos realidades que pueden multiplicar los beneficios trabajando de modo conjunto.
La búsqueda de la innovación…
Así, el proyecto Dualiza permite al centro educativo acceder a tecnología de empresas que no controlarían de otro modo, y la empresa puede participar en el proceso formativo de algunos de esos estudiantes, actuando en el perfil de sus competencias de modo que responda a sus propias necesidades en el caso de que necesite captar talento humano.
El fruto de esa colaboración se ve en proyectos como el del Institut Bonanova de Barcelona, capaz de recrear un Hospital virtual de modo docente para el aprendizaje de sus estudiantes. Pero también en otros como el CIFP Usurbil, capaz de llevar a cabo un ensayo de viabilidad para la comercialización de suelo calefactable.
… pero también solidarios
Ese carácter innovador y vanguardista de la FP, sin embargo, mantiene siempre presente su responsabilidad social, que marca algunos de los proyectos seleccionados en distintas convocatorias. Es el caso del llevado a cabo por distintos centros Salesianos para la construcción de “Cunas que salvan vidas”, incubadoras para mandar a países en vías de desarrollo con las que poder ayudar a aquellos que han nacido antes de tiempo.
Otro ejemplo: el CIFP Mislata para facilitar gafas a personas en riesgo de exclusión social, que ven paralizadas sus vidas por haber perdido una parte de la visión y no poder costearse unas lentes que se la devuelvan. O aquellos como el que IES Pablo Picasso de Málaga, que convirtió a sus estudiantes en pequeños asesores tecnológicos de las personas mayores del barrio, que muchas veces ven una barrera tecnológica para los movimientos del día a día.
Como respuesta a los cambios sociales, muchos de esos proyectos desarrollados en la Convocatoria de Ayudas Dualiza CaixaBank, marcan la sostenibilidad, o la economía circular como foco principal de su actividad. El Institut Provençana de Barcelona planteó una alternativa para hacer accesible la vivienda a través de la reutilización de contenedores mercantes. Y el IES Leonardo Da Vinci de Madrid ideó “Rebeca”, un contenedor de reciclaje que sirviera como punto limpio tecnológico a todos los vecinos del barrio. Los estudiantes de FP Básica harían una primera criba de aquellos elementos que se pudieran reutilizar, que pasarían a estudiantes de Grado Medio para que comenzaran el reacondicionado acompañados por los de Grado Superior. Estudiantes de Logística harían un inventario, y finalmente todo el material reutilizado se cedería a ONG´s del vecindario.
El impacto social, la innovación, la solidaridad o la sostenibilidad son solo algunas de las características de una FP cuyo objetivo principal sigue siendo el empleo. Según el www.observatoriofp.com durante los próximos años habrá más de dos millones de oportunidades de empleo solo para técnicos de FP. Eso quiere decir que una de cada cuatro oportunidades de las casi nueve millones de oportunidades laborales que habrá en nuestro país serán para quienes hayan estudiado algún ciclo formativo. Pese a ello, el informe anual de la FP del Centro de Conocimiento e Innovación de CaixaBank Dualiza advierte de que podrían quedarse más de 92.000 vacantes laborales sin cubrir por falta de técnicos de FP.